San Juan de Gaztelugatxe (Bermeo) – Vizcaya


Gaztelugatxe es un islote de la localidad vizcaína de Bermeo, País Vasco (España). Está unido al continente por un puente de dos arcos. Sobre la isla hay una ermita dedicada a San Juan que data del siglo X, aunque algunos descubrimientos datan del siglo IX. Junto con otra pequeña isla vecina, la de Aquech, forma un biotopo protegido, que se extiende desde la localidad de Bakio hasta el cabo Matxitxaco, en el Golfo de Vizcaya.

El acceso se puede realizar desde la carretera que une Bermeo con Bakio (BI-3101). La mejor época para visitarlo es la primavera o el otoño y así disfrutar de la paz del lugar, ya que en verano suele estar muy concurrido.

La costa vizcaína en este lugar es agreste. El mar trabaja sin cesar erosionando la roca, areniscas y duras calizas de arrecife, y tallando en ella túneles, arcos y cuevas. La isla de Gaztelugatxe es el corazón de este interesante tramo de costa, junto con la pequeña isla de los conejos, la isla de Aquech, paraíso de las aves marinas.

Sobre la isla de Gaztelugatxe hay una ermita consagrada a San Juan. Junto a la ermita hay un pequeño refugio que permite protegerse del viento y poder realizar una merienda disfrutando del mar y de las aves que anidan en estos lares.

El acceso es espectacular. Un estrecho camino que parte de tierra firme y cruza sobre las rocas por un puente de piedra permite llegar hasta la zona superior del islote después de ascender 241 escalones. El camino se encuentra asimismo jalonado con las sucesivas estaciones de un Viacrucis. Suele ser tradición entre los caminantes tocar la campana de la ermita, como símbolo por el esfuerzo realizado, una vez ascendidos los 241 escalones. El esfuerzo merece la pena.

El islote está atravesado por túneles y hay numerosos arcos. A sus lados se abren playas de piedra que suelen ser muy utilizadas por los buceadores.

La costa, acantilada, está cubierta de vegetación. Destaca en esta el endemismo vasco y el acebuche y sobre ellos hay argomas, encinas y brezos. En el mar, de fondos rocosos, existen praderas de algas, con especies como las laminarias o saccorhizas. La población piscícola es la típica del Cantábrico donde abundan lubinas, fanecas, congrios, chicharros… que se completa con babosas, carraspios, julias e invertebrados como actinias, erizos, holoturias, pulpos, nécoras y centollos además de los percebes que se encaraman en la roca.

Las aves marinas son muy abundantes. La existencia de espacios amplios, como la isla de Aqueche a la que solo se pueden acceder por mar, hacen que puedan reproducirse con tranquilidad. Entre las aves que crían aquí destaca, por su rareza y pequeño tamaño, el paíño común. Abundan además, las gaviotas patiamarilla, los cormoranes moñudos y las palomas bravías.


La ermita

Escalinata de acceso vista desde el peñón

La pequeña iglesia dedicada a la Degollación de San Juan, que permanece cerrada la mayor parte del tiempo, data del siglo X y algunos la consideran de origen templario, lo que es imposible puesto que dicha orden no fue creada hasta el año 1119, y documentos anteriores a esta fecha acreditan su existencia. En el año 1053 fue donada, por Íñigo López, señor de Vizcaya, al monasterio de San Juan de la Peña situado cerca de Jaca en Huesca.

Escalera de acceso a San Juan de Gaztelugatxe

En 1593 sufrió un ataque corsario a manos de Francis Drake en el que fue saqueada, este fue uno de los muchos incidentes que ha sufrido a lo largo de su historia donde se ha incendiado varias veces. El último el 10 de noviembre de 1978 en el que resultó destruida. Dos años más tarde, el 24 de junio de 1980 se reinauguraba nuevamente.
En la explanada e interior de la ermita se han hallado enterramientos medievales del siglo IX y XII. La jurisdicción religiosa a la que pertenece la ermita es la de la parroquia de San Pelayo de Baquio.
La ermita alberga varios exvotos de marinos que se han salvado de algún naufragio. Según una tradición una vez alcanzada la ermita hay que tocar la campana tres veces y pedir un deseo. El esfuerzo necesario para subir las escaleras, se ve ampliamente recompensado.

El estratégico lugar que ocupa esta ubicación le ha hecho desarrollar un papel importante en diferentes acontecimientos históricos. Fue uno de los lugares en donde se enfrentaron el rey Alfonso XI de Castilla y el señor de Vizcaya Juan Núñez de Lara en 1334.


En 1594 fue atacado por herejes de La Rochelle, sufriendo el saqueo y el asesinato del ermitaño que estaba a su cuidado. En el siglo XVIII fue asaltada por tropas inglesas y en la guerra civil española se produjo en sus aguas la batalla del Cabo Machichaco en donde se enfrentó la marina republicana contra la sublevada.


Costumbres y tradiciones

Gaztelugatxe vista desde el camino de acceso en la costa

A la tradición de subir y tocar tres veces la campana para pedir un deseo o ahuyentar a los malos espíritus se unen otras más. Los barcos de pesca bermeanos cuando salen a faenar suelen realizar varios giros a babor y estribor para que el santo les de suerte. Las mujeres que sufren algún problema relacionado con la fertilidad suelen acudir a este lugar en la creencia que el Santo les ayudará a solventar dicho problema. A los huecos de las escaleras, identificados como las huellas de San Juan, se les otorga diferentes poderes curativos, para beneficiarse de los mismos hay que meter los pies en ellos buscando que curen los callos o se dejan sombreros, pañuelos o chapelas para curar el dolor de cabeza.

La tradición cuenta que San Juan Bautista llegó a tocar tierra en este punto de la costa vasca dejando sus huellas marcadas en la roca en cuatro lugares diferentes: en el arco de San Juan en el propio casco urbano de Bermeo, junto al caserío Itsasalde,en el alto de Burgoa y finalmente junto al caserío de Ermu, está colocada en 1982. Cuenta también que en las cuevas del peñón la inquisición encerraba a los acusados de brujería.
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